Salmo 40:1.

“Pacientemente esperé a Jehová, y se inclinó a mí, y oyó mi clamor.”

En un mundo donde la sociedad acostumbra a obtener todo con prontitud, casi de manera instantánea, ser paciente muchas veces se relaciona con lentitud y perdida de oportunidades.

La palabra paciencia es de origen latín, proviene del verbo “pati” que significa “sufrir, es considerada una virtud consistente en soportar con resignación infortunios, trabajos, ofensas, etcétera, sin lamentarse.” Pero en la palabra del Señor la encontramos parte del fruto del Espíritu Santo (Gálatas 5:22), es algo otorgado por Dios.

El salmista declara “pacientemente esperé a Jehová”, él aprendió a depender totalmente de Dios, no tomar venganza o no actuar sin dirección de él, era consiente que había gran bendición en esperar, no de manera angustiosa que muchas veces afecta nuestra salud y la de los que nos rodean.

La paciencia de este salmista estaba acompañada de confianza y de oración, la cual es una acción que refleja fe, comprendía la importancia de hablar con Dios y que él es misericordioso al escuchar su suplica. El Señor nos invita amado lector a buscarlo en oración con fe y paciencia lo cual tiene gran galardón.

Oremos:

• Te pedimos Padre amado que nos ayudes a no desmayar en medio de los tiempos difíciles, que tu Espíritu Santo nos recuerde tus promesas en todo momento.
• Ayúdanos a ser pacientes mientras esperamos tu respuesta, a buscar más de ti en oración, lectura de tu palabra y en la comunión con tus hijos.
• No permitas que nos desviemos de tu propósito en nuestras vidas, enséñanos cada día a caminar en obediencia y en fe en tu palabra.

Janneth Benítez
Estudiante STBP